lunes, junio 07, 2010

Idiomas

Hay cosas que no se pueden decir en cualquier idioma. Secretos que suenan mal si se empañan de expresiones cotidianas, si se cuentan con las palabras con que compras el pan o saludas al vecino. Este tipo de cosas son las que me gustaría decirte, pero aún no he aprendido el lenguaje para hacerlo.

lunes, abril 27, 2009

Envidia

No se apiadan de tus dificultades, sino que celebran secretamente otras caídas en la mediocridad. Cuando tu trabajo se vea justamente recompensado serán los primeros en disfrazar tu reconocimiento de mezquindad.

miércoles, abril 15, 2009

Milagro informático

No recordaba ni el nombre de usuario ni la contraseña.

jueves, marzo 06, 2008

Pre-hotel 3

¿Por qué no la iba a querer? Claramente estaba hecha para mí: nos conocimos en la facultad con apenas dieciocho años. Ambos éramos alumnos sobresalientes de economía y ambos teníamos el mismo objetivo: encontrar un buen puesto como contables en una empresa importante. Todo había sido meridianamente claro desde el principio: primero salimos con más amigos, nos cruzábamos miradas, ella se hacía la avergonzada y yo poco a poco me acercaba más a ella. Después comenzamos a salir solos, íbamos al cine, hacíamos escapadas románticas y nos fuimos conociendo, o más bien confirmamos que ya desde el principio habíamos sido capaces de anticipar como era el otro. Poco a poco la relación se fue afianzando, mi madre la adora, su padre me respeta y nuestra boda fue un acontecimiento que todos nuestros amigos recuerdan e incluso, por qué no decirlo, envidian. Finalmente ambos alcanzamos nuestra meta y ahora trabajamos en dos grandes multinacionales, vivimos en un apartamento espacioso a las afueras y cada uno tiene su propio coche con el que se desplaza al trabajo. Prácticamente pasamos el día en el despacho, por la noche, mientras ella pica a conciencia zanahorias para su ensalada y yo sirvo vino en las copas, charlamos acerca de subidas y bajadas de precios, beneficios y datos bursátiles. Todo está claro, no hay resquicio de duda en nuestra relación, tal y como hago con los gastos de la empresa: optimizo. Mi vida parece estar optimizada, perfectamente planeada, como si todo hubiese estado perfectamente planeado, al igual que las citas de la agenda de mi mujer. Los momentos de excitación, la calma, las peleas, los mimos, todo se da en su justa medida, dando como resultado el pleno equilibrio: la armonía de la pareja perfecta. Claramente está hecha para mí. ¿Por qué no la iba a querer?.

sábado, febrero 09, 2008

Pre-hotel - 2

Un destello amarillo me distrajo de mis pensamientos. Reflejado en el cristal había visto el coche de juguete de un niño que estaba sentado a mi espalda, en la fila derecha. Sentada junto a él, su madre sostenía un bebé que dormía plácidamente chupándose un pulgar. Enfrente de ellos, una adolescente rubia escuchaba música con unos auriculares y de vez en cuando simulaba tocar la batería en el aire mientras cerraba los ojos y se mordía el labio inferior. No me había fijado hasta entonces en los que eran mis compañeros de viaje. Volví ligeramente la cabeza para observar a mi izquierda. Con el respaldo de su asiento pegado a mi barra, había una mujer que rondaría mi misma edad. De tan cerca como estaba, no podía verle la cara. Desde arriba sólo podía contemplar su peinado, perfectamente recogido, con cada cabello en su sitio, y la agenda que sostenía en sus piernas. Con una letra absolutamente pulcra, tenía apuntados todos los eventos del día. Por el lateral, asomaban marcas y banderas de colores, con los que tenía catalogados todos sus compromisos. Pensé instantáneamente en mi mujer, con esa misma manía de tener el mundo bajo control en sus diminutas libretas: el trabajo en su agenda, el pensamiento en su diario. En ese momento, y por primera vez, me asaltó la duda de si realmente la quería.

Pre-Hotel - 1

Justo cuando la lluvia empezaba a intensificarse hasta el punto en que no puedes dar dos pasos sin calarte hasta los huesos, y justo cuando pasaba por su parada, se ha acercado el trolebús número 12. Parecía como si hubiera aparecido allí para mí, y por eso, aunque hacía tiempo que no usaba este medio de transporte, sentí el irrefrenable impulso de subirme. Aquel era uno de los coches más antiguos. Tenía dos filas de dos asientos, algunos enfrentados, y un pasillo estrecho con barras horizontales donde asirse. En el flanco izquierdo, había tres puertas donde el pasillo se ensanchaba y que estaban rodeadas de barras verticales. No me gustan los trolebuses, sus horarios son malos, las conexiones peores, y me incomodan sobremanera los espacios reducidos y abarrotados. Aún me preguntaba qué me había impulsado a subirme en aquél, además para llegar a mi destino iba a tener que realizar todo su recorrido. Como era de esperar, no pude encontrar dónde sentarme, así que me agarré a la barra que había junto a la primera puerta de salida. Reflejado en el oscuro cristal de la puerta, me veía más viejo y más cansado. Hacía tiempo que la rutina y el trabajo no me habían permitido mirarme detenidamente a un espejo ¿cómo había llegado a ser aquel hombre gris con traje y corbata?.

Otra de precuelas

He leído el experimento de Max Extrella, y la historia me ha capturado. Animo a todo el mundo a ser partícipes del mismo en:

http://tabladomarionetas.blogspot.com/2007/11/motel-i.html
http://tabladomarionetas.blogspot.com/2007/11/hotel-ii.html
http://tabladomarionetas.blogspot.com/2007/11/motel-iii.html

Cuando lo leí me preguntaba qué habría llevado a los personajes a esa situación, y decidí enlazar otro experimento al de Max: escribir los acontecimientos previos a esa noche de hotel. Desde entonces tengo algunas frases escritas en un documento word. Como soy poco constante en la escritura por culpa de mi constancia en el trabajo, la única forma de no tardar una eternidad en "postear" el texto completo será ir publicando los fragmentos que vaya pudiendo escribir...

domingo, enero 13, 2008

Plegarias para un Ángel

PARA NADA

Trabajé el aire
se lo entregué al viento:
voló, se deshizo,
se volvió silencio.

Por el ancho mar,
por los altos cielos,
trabajé la nada,
realicé el esfuerzo,
perforé la luz
ahondé el misterio.

Para nada, ahora,
para nada, luego;
humo son mis obras,
cenizas mis hechos.

...Y mi corazón
que se queda en ellos.

A los que el viento nos entregó las cenizas, y aspiramos profundamente el humo de los restos de esa nada; aquellos que compartimos ese misterio sondado y esa luz penetrada, te recordaremos entre tus letras, donde el latir aún no ha cesado.

sábado, enero 12, 2008

La vida es eso que pasa...

A veces tengo la desagradable sensación de que se me escapa el presente preparándome para el futuro. Siempre me queda la incógnita de ese final sin resolver: ¿se arrepintió la cigarra de aquel verano?