Maletas deshechas

Mientras guardaba los vestidos y las camisetas de manga corta, distribuyendo los vaqueros abajo, el lino arriba, doblaba con la ropa los recuerdos del verano. Ordenados, por capas, como los tejidos: los gruesos al fondo, los livianos más a mano. Constantemente pensaba (para animarme) en las cosas que iba a encontrar a la vuelta y construía planes para todo el año, propósitos de enmienda o de seguir en la línea de lo que dejé aparcado para olvidarme de todo durante este tiempo.

Una de las cosas en las que pensaba con ilusión era en volver por aquí, a mi rinconcito. Me he dado cuenta de que mi blog es como una casa que dejas en verano. Cuando vuelves huele a cerrado y a polvo. Está oscura y casi no recuerdas donde dejaste cada cosa, ni cuál era tu nick, ni mucho menos tu contraseña (menos mal que he podido probar todas las combinaciones).

Este post es subidor de persianas, abridor de ventanas, mopa y fregona. He abierto el grifo y he dejado el agua correr, aunque ahora veais un poco de suciedad de las cañerías, pontro saldrá agua limpia y fresca. Os invito a todos a un traguito ;)