Y hablando de películas...
Si quieres ver...
Una película romántica
que no sea ñoña
ni tenga un argumento trillado
que narre una historia diferente
desde un punto de vista original.
¿¿Existe??
Sí: Olvídate de mí
Tiene palomas amarillas adentro de su noble cráneo, estas palomas le circulan durmiendo en el anfiteatro de su palomar cerebelo, y luego el ibis escarlata pasea sobre su frente una ballesta ensangrentada. (Pablo Neruda)
Si quieres ver...
Loca: Perdone, ¿tienen el DVD de "El hombre del tren"?
He de confesarlo: ¡tengo un blog!
Nunca estuvo Granada tan lejos del mar.
Kafkas aparte, acabo de leer lo que se podría considerar como mi primer contacto consciente con la literatura checa. Se trata de la novela "Personajes en un paisaje de infancia" del autor Bohumil Hrabal, que a partir de ahora pasa a ocupar un lugar preferente en mi biblioteca. La escritura de Hrabal es fresca y rítmica, presentando unos personajes cargados de personalidad que con su presencia traerán aires nuevos y frescos a su pequeña ciudad, pero guardando el gusto por aquellos detalles que están destinados a pasar pero que dan color a sus vidas:
"Si es que estás loca" le dijeron, "en el buen sentido de la palabra claro", qué díficil es sáber cuál es el buen sentido de una palabra, como esos calcetines que los vuelvas de un lado o de otro siempre parecen estar bien o por el contrario, siempre aparecen deshilachados. Sin embargo, aunque no encontrara el sentido, ella encontraba el buen, no podía evitarlo, lo hacía sin darse cuenta: peor hubiera sido que la hubieran llamado cuerda, pensó. Aquel adjetivo sonaba a cuadrículas, renglones y horarios. Es como si pintaran su autoretrato con escuadra y cartabón. Loca, al contrario, sonaba a espiral y así, en efecto, era como ella se veía.
Miró al móvil una vez más... ¡no me llama!, pensó... que cabrón... si ya lo sabía yo... pero mira, dijo a su amiga en voz alta, a mí me da igual que me llame o no, y añadió con tono de indiferencia: él se lo pierde. Mientras su amiga le respondía que desde luego ya no quedaban hombres, ella miraba de nuevo el teléfono ¡será cabrón!.
Como una pluma blanca bailó en el bosque dando calor al mes de diciembre. La luz de su sonrisa se convirtió en rumor de agua y sus manos tejieron con hojas sonidos marrones, verdes y amarillos. Regaló flashes, miradas y abrazos de nata. Dibujó valses en el aire, lloró mariposas y repartió instantes dorados en papel de regalo.
Miró a su alrededor y se preguntó qué hacía sentado en esa mesa, con aquella gente, sosteniendo aquella conversación. Mientras reía, asentía, miraba y hablaba sin parar de aquello que ni le interesaba ni conocía, pensaba qué fuerza divina desocupada le usaba como marioneta en sus juegos, dónde pretendía llevarle, qué palabras despegaría de sus labios... sonrió una vez más, mecánicamente, "gracias", como una máquina de tabaco, no podía parar de representar aquel papel mientras en su interior pensaba cómo habría actuado sin el control de esta mano poderosa, qué habría dicho, qué habría callado, dónde habría ido, de dónde hubiera faltado.
Siempre había sido un hombre serio y huraño. Vivía en un bloque de cuatro pisos, y no había nada que le molestara más que encontrarse a algún vecino en la escalera, en el rellano del ascensor, o mientras intentaba meter la llave en la cerradura del portal. Cuando se encontraba en una de aquellas situaciones, fruncía el ceño, clavaba la vista al frente y pronunciaba un áspero "hola", aumentaba la velocidad de los movimientos y desaparecía evitando cualquier posible inicio de conversación. Aquel comportamiento extraño y desagradable, le había dado fama de maleducado y gruñón entre sus vecinos, hartos de que les devolviera el saludo con expresiones cortantes y secas.
Confieso que tenía algunos de los blogs que veis a la derecha abandonados, con lo que el título "yo te leo..." comenzaba a ser una mentira. Como yo no quiero mentir a mis estimados lectores, he estado haciendo visitas. El que (por razones que no logro comprender) tenía más olvidado era el estupendo Brain Flakes, el reencuentro no ha podido ser mejor: