Plegarias para un Ángel
PARA NADA
Trabajé el aire
se lo entregué al viento:
voló, se deshizo,
se volvió silencio.
Por el ancho mar,
por los altos cielos,
trabajé la nada,
realicé el esfuerzo,
perforé la luz
ahondé el misterio.
Para nada, ahora,
para nada, luego;
humo son mis obras,
cenizas mis hechos.
...Y mi corazón
que se queda en ellos.
A los que el viento nos entregó las cenizas, y aspiramos profundamente el humo de los restos de esa nada; aquellos que compartimos ese misterio sondado y esa luz penetrada, te recordaremos entre tus letras, donde el latir aún no ha cesado.
Trabajé el aire
se lo entregué al viento:
voló, se deshizo,
se volvió silencio.
Por el ancho mar,
por los altos cielos,
trabajé la nada,
realicé el esfuerzo,
perforé la luz
ahondé el misterio.
Para nada, ahora,
para nada, luego;
humo son mis obras,
cenizas mis hechos.
...Y mi corazón
que se queda en ellos.
A los que el viento nos entregó las cenizas, y aspiramos profundamente el humo de los restos de esa nada; aquellos que compartimos ese misterio sondado y esa luz penetrada, te recordaremos entre tus letras, donde el latir aún no ha cesado.